Moscú construye un gigantesco radar, capaz de identificar objetivos a cientos de kilómetros de distancia en el Ártico de Rusia, que entrará en servicio en 2017. El radar denominado “Más Allá del Horizonte”, capaz de detectar objetivos tanto aéreos como marítimos a cientos de miles de kilómetros de distancia y más allá de la línea del horizonte (es decir, que los radares normales no pueden alcanzar), será desplegado en el archipiélago de Nueva Zembla, en el ártico de Rusia, según un informe publicado el sábado por la agencia rusa de noticias Sputnik, citando un informe del Ministerio de Defensa de ese país. Tal como apostilla la fuente, también serán desplegadas seis instalaciones de radar para operaciones en la región. Simultáneamente se está reconstruyendo una pista de aterrizaje apta para albergar todo tipo de aeronaves de combate en la zona, según informó Dmitry Bulgakov, viceministro de Defensa de Rusia, quien visitó el sitio de la construcción.
El radar es inmune a las tecnologías furtivas, llamadas popularmente de invisibilidad, y utiliza un sistema de antenas gigantesco de cinco kilómetros de longitud y cinco metros de altura. Esto le permite identificar objetivos aéreos a distancias de hasta 500 kilómetros y objetivos marítimos hasta 400 kilómetros de distancia. Rusia terminará este año la construcción de sus bases militares en el Ártico, informa el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu. El Ejército ruso, bajo las órdenes del presidente Vladimir Putin, ha puesto en marcha el mejoramiento del equipamiento de sus fuerzas, con modernos equipos bélicos. En esta línea, la Defensa rusa también informó en mayo pasado de la entrega de un radar digital de alta precisión Nebo-U, capaz de localizar misiles hipersónicos a las fuerzas radiotécnicas del Distrito Militar del Oeste de Rusia. Estos avances llegan mientras Rusia y el Occidente experimentan tensas relaciones a niveles jamás vistos desde la Guerra Fría debido, entre otras razones, a las crisis en Ucrania y Siria.
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